<%@LANGUAGE="JAVASCRIPT" CODEPAGE="1252"%> Poesias de Mirella


VUESTRAS POESIAS
Copla bermeja

Que este amor mío
es tan antiguo
dicen saberlo
tierras y cielos.
Que lo cantan en coplas
y lo dicen en versos
y cuando va pasando
lo indica el tiempo,
con su dedo de polvo,
de nieve y viento.

Va en las cuatro estaciones
venciendo al tiempo
y tañe como el bronce
del campanero.

Qu’este amor mío viene de lejos
a veces raudo, otras cansino,
cantando o llorando, otras riendo,
pero siempre conmigo, fiel compañero.

Han dicho los que saben
que tiene su rostro,
tiene su imagen,
sus mismos ojos.

Como copa de vino, entra muy lento
y corre por mi sangre, río bermejo...
Qu’este amor mío es tan antiguo,
que ríe como niño, pero se siente viejo
como copa de vino, del muy añejo.

AGONIZANTE

A un hombre di mi cariño
y qué falso su querer
más blanca fui que el armiño
al acariciar su piel
más pura que el agua pura
fue mi lágrima al caer.

¡Ay! cariño despiadado.
¡Ay! ángel de poca fe
que la vida se deshoja
y no es amor tu querer.

La tarde ya languidece
noche sin luna ha de ser.
Nunca sabré cuántas veces
tu puñal hirió mi ser;
sólo sé que sonreías,
yo agonizaba a tus pies.

MIRO A MI NIÑO JUGANDO

Mi niño viene llegando
con sus piecitos descalzos
con los brazos extendidos
y la risa a flor de labios.

Yo lo contemplo jugando
con el agua entre las manos
y al intentar retenerla
a mí se vuelve llorando,
al ver que de entre los dedos
el agua se va escapando.

Alzándolo en brazos trato
en vano, de consolarlo.
¡Ay, madre! ¿Por qué se escapa
el agua de entre las manos?

Mi niño: el agua es viajera
en las nubes y en el mar,
no pretendas retenerla
para no verla llorar;
en la lluvia y en las olas
llora lágrimas de sal.

Hice un castillo de arena
¡mira qué bonito está!
Le hice torres, le hice muros...
¡Ay, mamita! ¡Qué maldad:
el viento lo ha derribado!

¿Por qué, madre, mi castillo
que construí con afán
viene el viento y lo derriba
y se lo lleva la mar?

¡Ay, mi niño, la respuesta
el tiempo te la dará!

La Enredadera

La enredadera trepa
por la ventana
por las paredes
hasta mi cama.
Me ciñe toda
el verde abrazo
su savia nutre
mi tibia piel.

Pero sus frutos
dulces, carnosos,
envenenaron
todo mi ser.

La enredadera
vive lozana
bien aferrada
a la pared.
Estoy inerte
sobre mi cama
la enredadera
siempre a los pies.

¡Cómo pasa el tiempo!
digo con nostalgia.
Veo cómo corre
cual potro sin freno,
deshojando otoños,
abriéndole flores
a las primaveras;
pintando de grises
lo que otrora fuera
risas y colores
como el arco iris.
Ya no tengo prisas.
Recorro senderos,
hilvano recuerdos
y escribo poemas
que quizás no lean
los jóvenes años
que aprisa caminan,
siguiendo otros sueños.

¡Cómo pasa el tiempo!
Hago ramilletes
con las flores secas
y esbozo sonrisas
(máscaras de cera)
mientras acaricio
la faz de mi nieto.
 
¡Cómo pasa el tiempo!
-me digo-
y prosigo
el último tramo,
¡mi último sueño!
 

Jamas habrá olvido

¡Ah! Melchora Cuenca, tus ojos luceros alumbraron noches de amor fogonero;noches que a tu hombre, entre el monte arisco,le dieron la vida y a ti, cruel destino.

 

Se borró tu huella en tantos caminos lloraste tu pena por entre los riscos,por sierras y llanos, por cerros y ríospor él preguntaste al árbol nativo y a los arroyitos que corren cantando si vieron pasar, sombrío, al caudillo.

 

No, Melchora, a Artigas,ninguno lo ha visto.Tus labios murmuran su nombre bajito...Ya no habrá más noches –se ha enfriado el nido-Valiente lancera, lloras como un niñomientras el héroe rumiando su penavencida su alma, nunca su divisa,es ya una silueta convertida en sombra¡la Patria a la espalda, al frente ostracismoy allá se encamina tu hombre valiente!

 

¡Ríndete lancera, como él, a tu suerte,no existe el olvido si el amor es fuerte!¡Ay! Melchora Cuenca, las noches ardientes nunca han de apagarse ¡ni aun con la muerte!

 

EL DUENDE

Mi amor es un duende
que habita en fronteras
de lo irracional.
Amor sobrehumano
con ojos de insomnio,
que ronda en las noches
buscando en las cumbres
lo que está en el llano.

En lechos de piedra
enciende hogueras,
acaricia y ama,
posee las estrellas.
Desviste su sayo
y humana apariencia
y es fiera acechando
la tibia paloma
que anida en tu pecho.

INTIMA

Crees que todo lo sabes
mis más íntimos secretos
piensas que es realmente fácil
hurgar en mis silencios...

¿Acaso cuando abrazas
y cuando sabio besas,
crees que castamente entrego
el alma con mi beso?

Pisando en mi cabeza,
seguro en tu terreno,
sin piedras, sin escollos
caminas mis senderos.

Ignoras que hay espinas,
laberintos, abismos,
mares y corrientes de ríos caudalosos,
vientos y tormentas y puertos peligrosos.

Por eso no sonrías
astutamente impune
¡y observa con cuidado
cuando veas mis ojos!

 

 
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