Poesías Cortas,
Gisela Gamini
PRINCIPIO DEL PRINCIPIO
Puedo soltarme el pelo
abandonarme en vos
estarme quieta.
Desordenar el sol en nuestra casa
volver sobre mi
y encontrarte.
Dejar el equipaje,
disfrutarlo:
mi tierra prometida son tus manos.
GENEALOGÍA
Una estirpe de espada
y de rosa
azul linaje de sueños.
Mi abuelo, mosquetero y poesía
mi padre, esgrimista y poeta.
Yo, escritora de armas blancas
duelista de palabras y silencios.
DE ENTRECASA
No es la gran soledad
son los pequeños vacíos
horas en que la oficina
te fagocita,
exprime.
El tiempo que el niño duerme
su frágil siesta de hilo
y yo administro la rutina
cotidiana y doméstica,
malabarismos de la nada.
No son los grandes dolores
son las pequeñas frustraciones
el diario sin leer
las uñas hace tres días sin pintar
el no poder hacer el dobladillo del vestido de salir
ni necesitarlo.
MASCARÓN DE PROA
Quiero ser el mascarón de proa
de tu vida.
La que va delante tuyo
auyentando los miedos.
La que no sirve para nada.
Ni timón,
ni vela,
ni viento,
ni ancla.
La que se quiere porque sí.
La inútil que se abraza a tu madera
aún en tiempos de tormenta.
POESÍA
Si la poesía es agua clara,
dulce caricia a los sentidos
quimera y ronda
sueño azul de rima y ritmo,
entonces
ya no soy
poesía.
Pero si es lengua
y sangre,
y grito,
y pozo,
y llamarada.
Si es aquelarre de palabras
que liberan del hechizo,
entonces más que nunca
soy poeta.
Aunque mis versos
no me reconozcan.
NO RECUERDO
En un bar adonde nunca fuimos
senté nuestro recuerdo
yo jamás entré allí
no bebí su humedad
no escribí su silencio
No creo que lo hayas visto siquiera
sólo me pareció un buen lugar
-marrón y sombrío-
para dejar el no recuerdo
de un no amor.
Cuando paso por allí
Trato de no pensarte.
ESTACIÓN
El invierno termina algún día incierto.
Ni antes ni después
que finalice el frío.
No importa como lo llames,
ni la fecha que dicte el almanaque.
El invierno es invierno.
Las muchachas podrán ignorarlo
y vestir primavera en septiembre,
enamoradas de las quimeras.
Pero una mujer ya tiene su experiencia.
Todo llega a su debido tiempo.
DESPUÉS
Alguna tarde azul
en que no pese la memoria
y pueda caminarte
libre para equivocarme.
OTRA VEZ
Siempre la primavera
y estas ganas de huir de las paredes.
Gira la rueda
ser otra vez virgen
para dejar otra vez de serlo
gira la rueda
mojarme en la tormenta
con un paraguas de risa
como una niña mala
gira que gira
la sangre savia verde
germina en mis caderas.
FIN
Mi cuerpo se abre,
se desgrana.
Fruta sin árbol caí,
porque otoñesía,
porque estaba madura
o porque ya no tenía ganas de quedarme.
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