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Martine Broda,

poesias cortas

 


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Martine Broda

colocado ahí. más
allá de ese límite más
allá.
ya no se sufre.

lo entrego a dispersión.
al olvido del mar.

cuerpo descosido de ti.
salado hasta el goce
desierto


* * * * *

como un jardín de 
cristal. en el instante
que aúlla. sin comprender.
en la mano.

en torno a una cosa dulce
y carne. 

el crimen (ojos de esmalte)
respira a los pies de una
silla.


* * * * *

contra el ángel

pensar en ello 
no puedo
sin morir
de un destello de alegría

sin morir de alegría
al instante

momento de nacer
alta 
fusión


* * * * *

cuando el cuerpo ya vacío

de haber llorado el día
de haber llorado la dicha

(gavilla de angustia)

de rastrojo aureolado
cruzamos

la mirada azul que hace gozar


* * * * *

cuerpo depuesto en el campo
agudo. ojos
alerta.

cerrados a fuego. albeando
al envés. abiertos: inundados de blancura.


* * * * *

despertar-fractura
con ángel sangrante:

en la decepción
el cuerpo gira deslumbrado        boca en busca del azul

de la horrible dulzura de lo posible


* * * * *

deudora aún entre humanos.

a muchos años de ti         la pala

empuñada por una mano afásica


no puedo sino          en la furia


* * * * *

duelo duelo duelo        pliego de hojas
horadado por el pensamiento.


* * * * *

el instante
o bien          su
blancor

(un copo atraviesa el cielo)

en los pechos       hierba 
tibia

lo que morirá

estío


* * * * *

en la mejilla la confesión relámpago
un. punto fijado lejos de
quien retrocede

jugué a las tabas
un. cuerpo desmembrado.
de luz.

ligado por sintaxis  -dolor. limo
del sueño que deposita

esa oscuridad a medida
que retrocede


* * * * *

espina
en mí
más clara

ya llego
dolor
horadado

olvido
clavado
de tierra


* * * * *

estallando inmóvil. sin memoria ni.

el gris encuentra
una historia. se esfuma
en el sueño de las piedras

con tal que se calle
abrumado de huesos blanqueados.

que sea yacente y pesado.


* * * * *

estás gris, casi extenuada,
tendida sobre el arenal, al lado del espectáculo del mundo

estás ciega y vista desde todas partes
resbalan lágrimas que no te pertenecen


* * * * *

existencia
pequeñita
descolorida
apenas leve
agitan tus hombros los sollozos

muñeca muerta entre pensamientos
recae la mano.
esparce rosas de ceniza

hasta dónde maniatada por la esperanza
una máquina de torturar el tiempo


* * * * *

existencia incendiada
deseando el incendio

la belleza hambrienta
incluso con su pesar

confirmación reclama
el árido viento sobre la alegoría


* * * * *

hachazo
al árbol desnudo
golpes
hasta el derribo
de tu morir en mi

por
abajo


* * * * *

hay que caminar deslumbrado todavía
dejar que arda el hambre       su larga
súplica

o caer en el día
con una gris sonrisa.


* * * * *

la espera.

como para una ejecución.

quisiera que se realizase para renacer


* * * * *

la imagen había cambiado       ancha y desnuda
había ingerido el poso
de los días

tiembla dolor congelado tiembla

riada de los cabellos blancos
con todas sus aguas muertas.


* * * * *

la hermosa pradera. claros sudores.
que el fragor de la sospecha aguza 


* * * * *

la mano en la hoja del despertar 
cierra un libro deslumbrante.


* * * * *

latigazo silbante      lila tumefacta
del terrible jardín de la infancia

dedos envarados sobre la boca
del secreto

la mano ardida de transparencia


* * * * *

le entrega los verbos que él conoce

contra las telas ella grita          nombre del deseo
dónde estás cosido a mi cuerpo


* * * * *

le gustaba
el infierno. el tiempo
saqueando el fondo del beso que se llama
traicionar. aquello que deseamos idéntico
a su mueca.
máquina de repetición
ciega y sorda.


* * * * *

me adhiero a ti.

el infierno que aúlla en los pliegues
trae de nuevo el gozo que horada
desprende de las ajadas ropas
un ser aligerado

de dolor


* * * * *

mi hijo desconocido mira
este hijo que he hecho. figurado hijo mío.
desdicha tragada con ceniza.
rostro hundido para recuperarlo todo.

muy lejos en la espera rostro de estío.
oh curva extraviada por la playa en verano. agua
corta. sentido.


* * * * *

morir a lo largo de una mano. el odio
a ras de suelo. el frío
de la casa. tan baja como ella.
agrietado despertar.


* * * * *

nazco al pie de un lecho oscuro
de la costilla de un ángel

una exposición
o bien una ejecución
desnuda al amor de su crimen


* * * * *

no hay duda. una mano
hendida de dolor.
ya ha subido
solamente hasta tocar. callado y aceptado.
surco de tierra viva


* * * * *

sumergidas las ciudades de la memoria
por un exceso de sueño
con gran esfuerzo remontas las aguas

el pálido sufrimiento cuya sed así tu apagas 
jamás lo hubieses podido imaginar

vivir persiste y anuncia una débil y desnuda 
voluntad frente a los ojos congelados del porvenir


* * * * *


tras la muerte todo será suave
como un párpado tras la muerte

ojo tiembla: pestañeo de la tormenta

un país detenido
resurge con las aguas

                                                 (a Jean Tortel ¹)

¹ Poeta y crítico (1904-1993) miembro de la resistencia francesa durante la ocupación nazi, 
autor del notable ensayo “Le discours des yeux”. 

 

 

 

--------------------------------------------------

Bosque de Bambú

Pasó el ayer,
pasó también el hoy:
se va la primavera.

* * *

La flor del té,
¿es blanca o amarilla?
Perplejidad.

* * *

Melancolía,
más que el año pasado:
tarde de otoño.

* * *

Lluvias de mayo.
Y enfrente del gran río
un par de casas.

* * *

Un aguacero.
Se agarran a las yerbas,
los gorriones.

* * *

Niña muda
convertida en mujer:
ya se perfuma.

* * *

Incluso mi esposa
actúa como una forastera,
esta mañana de primavera.




 

Primavera

Encender una vela
Con otra vela;
Una noche de primavera.

* * *

El halo de la luna, -
¿No es el aroma del ciruelo
Elevándose al cielo?

* * *

Acercando el brasero
A los pies,
Parece tan lejos del corazón.

* * *

Lentos días pasando, acumulándose,
¡Que lejos están, 
Las cosas del pasado!

* * * 

Sacos de semillas 
Mojados 
Por la lluvia primaveral.

* * *

La primera helada del año; 
Mirando a la grulla enferma 
A lo lejos.

* * *

Labrando el campo:
La nube que nunca se movió
Ha desaparecido.

* * *

El sol en el ocaso
Pisa la cola
Del faisán cobrizo.

* * *

Sobre la campana del templo
Duerme
La mariposa.

* * *

La golondrina desciende
Sobre el cuadro de Otsu,
y sale volando.

* * * 

De regreso a casa
Después de matar un faisán, -
El sol aún está alto.

* * *

La urraca está cantando,
Su pequeña boca
Abierta.

* * *

Tras de mí,
Viejo y débil,
Flores esparciéndose.

* * * 

Con cada pétalo que cae,
Las ramas del ciruelo
Envejecen.

* * *

Un campo de flores de colza:
El sol en el oeste,
La luna en el este.

* * *

Yendo a mirarlas,
Las flores del cerezo en la noche
Se han convertido en fruto.

* * *

La primavera alejándose
Duda
En las tardías flores del cerezo.

* * *

Te vas, -
¡Qué largo el camino!
¡Qué verdes los sauces!

* * *

Esto es todo:
El camino acaba
En el huerto.

 

 

 

Verano

Puedes ver la brisa de la mañana
Soplando en los pelos
De la oruga.

* * *

Con la brisa de la tarde,
El agua lame
Las patas de la garza real.

* * *

Un repentino chaparrón de verano;
Los gorriones de la aldea
Se agarran a las hierbas.

* * *

Qué felicidad,
Cruzar este río en verano,
Las sandalias en la mano!

* * *

Las chispas del cantero
Se alejan flotando
En el agua clara.

* * *

La corta noche;
En el bajío permanece
La luna creciente.

* * *

El cambio de ropa;
Lo que parecía un mundo de dolor y aflicción
Qué pronto olvidado.

* * *

Los ermitaños son seres humanos;
El kankodori 
Es un pájaro.

* * *

Lleno de esperanza y promesa. 
El castillo en la cima,
Cubierto de verdes hojas.

* * *

¡Corta la avena que hay delante de la ventana!
¡Déjame ver
Las montañas lejanas!

* * *

Ciruelas verdes;
Las cejas de la belleza
Se juntan.

* * *

Las voces de la gente de la aldea
Regando los campos;
La luna de verano.

* * *

Después de cortar la peonía,
Me sentí exhausto,
Aquella noche.

 

 

Otoño

El principio del otoño;
¿Qué es lo que el adivino
Mira con tanta sorpresa?

* * *

Sorprendida
Por la pobreza,
Esta mañana de otoño.

* * *

Alguien llegó,
y visitó a alguien;
Una noche de otoño.

* * *

Blanco rocío en la zarza; 
Una gota
En cada espina.

* * *

Los pasos anhelados 
Están lejos, 
Sobre las hojas caídas.

* * *

La luna en el más alto cielo, 
yo atravieso 
Un pobre barrio.

* * *

Rapó al salteador de caminos,
Y lo convirtió en su discípulo,
En un viaje de otoño.

* * *

El sol oblicuo:
La sombra de una colina con un ciervo en ella
Entra por la puerta del templo.

* * *

Renunciando al mundo, 
Las hojas e otoño
En la aldea de mis padres.

* * *

Tú que cultivas crisantemos
Eres esclavo
De los crisantemos.

* * *

El sendero a través de los campos;
Las flores del ciruelo apenas son blancas,
Tampoco rojas.

* * *

La mesa de los espíritus;
Desmontándola,
La misma habitación que antes.

 

 

Invierno

La luna del invierno:
Un templo sin puerta, 
¡Qué alto está el cielo!

* * *

En el claro de luna helado,
Pequeñas piedras
Crujen bajo los pies.

* * *

Zorras jugando
Entre los narcisos;
Una brillante noche de luna.

* * *

La llovizna invernal
Empapa silenciosamente
Las raíces del alcanforero.

* * *

La lluvia del invierno
Nos muestra lo que hay ante nuestros ojos,
Como si perteneciera al pasado.

* * *

Entrando con un remolino de nieve,
"¡Una habitación para la noche!"'
Y rinde su espada.

* * *

Alojamiento negado, 
Luces de una fila de casas
Bajo la nieve.

* * *

Una rata se acerca
Al aceite helado
De la lámpara.

* * *

La tempestad del invierno
Arrastra pequeñas piedras
Contra la campana del templo.

* * *

La tormenta de invierno, 
La voz del agua impetuosa,
Desgarrada por las rocas.

* * *

Un viento glacial:
De pronto el caballo tropieza
En el camino de vuelta a casa.

* * *

Arrastradas desde el oeste,
Las hojas caídas se amontonan
En el este.