Estaba el gorrión empollando los huevos de una nueva nidada, arropaba el nido con amoroso cuidado, sus alas tapaban cada resquicio del refugio hecho con pequeñas ramitas mezcladas con algunos trocitos de hilo y hojitas de esparto. Cinco huevos que en muy poco tiempo serian polluelos que habria que alimentar hasta que se hicieran adultos.
Qué ajeno estaba el gorrión de lo que se venia encima, por el camino cercano adonde estaba su nido iba el zorro con hambre muy atrasada.
Cuando el gorrión lo vió trato de agazaparse contra los huevos para pasar desapercibido, pero no hubo suerte, el lobo se paró en la cuneta del camino donde estaba muy asustado el gorrión y le dijo con voz muy enchulada :
- Señor gorrión esta mañana todavia no he desayunado y creo que debajo de su cuerpo guarda usted unos bonitos huevos que van a ser mi desayuno.
- Nó, señor zorro por favor, piense que estos huevos serán dentro de solo unos dias mis gorrioncitos y mi única familia.
- Nada , nada, salga del nido que voy a dar buena cuenta de ellos.
El gorrión asustadísimo trataba de pensar lo más rápido que podia alguna estratagema para
que el zorro no destruyera su nido.
- Señor zorro déjeme que le diga que con los huevecillos de mi nido no conseguirá saciar su hambre y que extraña que a usted que tan buen olfato tiene se le haya escapado en la montaña un nido que tiene los huevos más grandes que jamás haya visto, con ellos si que saciaria su hambre.
- Dudo de lo que me está diciendo señor gorrión, porque yo que correteo todos los dias el valle y las orillas del rio no lo he visto por ningún lugar, si me dice el sitio le perdono la vida a los huevos de su nido.
- Le diré el lugar pero me debe prometer que jamás me atacará ni a mi ni a mis polluelos mientras viva.
El lobo cuya hambre se iba agudizando por momentos y deseoso de acabar cuanto antes dijo :
- Pues pongo a la señora jirafa que nos está viendo como testigo de que nunca más volveré a molestarles y ahora marchemos hacia la montaña donde tienes tu secreto.
- Cogieron el camino hacia la montaña, el zorro andando y el gorrión volando, cuando ya habian andado un buen trecho el zorro empezaba a impacientarse, señor gorrión como me hayas engañado tendrás que vertelas conmigo.
El gorrión aprovechó la coyuntura para preparar su coartada.
- Míra como tú vas andando y yo volando, me adelanto hasta aquella peña de la montaña para prepararte esos huevos descomunales y que tú los tengas listos para cuando llegues pegarte un buen almuerzo.
El gorrión salió volando a todo volar hacia la peña, para buscar a su amiga el águila, cuando la encontró le contó apresuradamente lo que habia ocurrido y que le habia prometido al zorro ofrecerles unos huevos gordísimos para su almuerzo.
- Has tenido suerte, mi nido tiene ahora mismo unos preciosos huevos que ha puesto mamá aguila y son los que podrás enseñar al zorro.
-Pero amiga águila ¿ y si el zorro intenta comerse los huevos de tu nido, ¿ que haremos ?.
No te preocupes. De eso ya me encargo yó, dile al zorro que éntre por el pasillo de la garganta del monte y a partir de ahí tu te marchas a seguir empollando tu nido.
El zorro entró con alegría a comerse esos enormes huevos que el aguila tenia en su nido, pero al abalanzarse sobre ellos, aparecieron las dos enormes garras del aguila que se engancharon en su lomo y lo elevaron por los aires, la altura hasta la falda de la montaña era grandísima, el zorro vió que llegaba su final si el aguila le soltaba de sus garras, su susto iba en aumento, pensaba que moriria en solo unos segundos, sin embargo el aguila fué planeando hasta el centro del rio y le hizo prometer al zorro que a cambio de perdonarle la vida no tocaria a ningún gorrión ni a sus nidos.
El zorro estaba tan asustado viendose volar entre las patas de aguila, que solo acertó a balbucir :
- Si señora águila, sí, nunca lo volveré a repetir, se lo prometo, se lo prometo.
- Bueno siendo así te voy a soltar pero para que
no te olvides nunca de esta aventura te soltaré encima del rio, no te harás daño al caer, pero el remojón vas a recordarlo toda la vida.
Y dicho y hecho, dejó caer al agua al zorro y cuando éste consiguió salir del rio se juró que nunca más volveria a molestar al gorrión y se marchó con el rabo entre las patas y sacudiendose el agua del baño que el aguila le habia dado.
FIN
CVLL
La joven ardilla era un poco engreida, tal vez por sus pocos años creía que podia hacer todo lo que quisiera y además de una manera correcta. Aquel dia se pusieron los papás de la ardilla traviesa a pensar en que soluciones podian adoptar para reconducir la insensatez que en ocasiones demostraba la ardilla traviesa.Acertáron a pasar por allí las amigas gaviotas que al ver lo compungidos que estaban las ardillas posaron su vuelo junto a ellas.
¿ Acaso no podia correr e incluso saltar tanto como los gatos, acaso no podia burlarse de los perros cuando corrian detrás de ella subiendose a las farolas y trepando a las palmeras, acaso no podia asustar a los pájaros al dejarse caer de repente desde algún arbol hasta el suelo donde tranquilamente picoteaban las semillas?, poco a poco empezó a volverse prepotente y a los papas de la ardilla empezó a disgustarles, no cuidaba sus relaciones con los demás animales que habitaban el jardín.
- Tendremos que ir corrigiendola, se decian entre sí. ¿ pero como ?
La joven e inexperta ardilla queria imitar todo lo que veia en los animales de aquel jardín donde habitaba, ella pensaba que siempre lo haría mejor, su jardín estaba muy cerca de la playa, después de un paseo por donde circulaban los vecinos andando.
Disfrutaba viendo como los niños se quedaban embobados cuando ella atravesaba el paseo y con una rapidéz increible se metia dentro de las papeleras, sacaba los restos de bocadillos que los niños habian tirado y a renglón seguido se subia a una palmera a terminar de alimentarse, los chavales contemplaban como iba desechando del bocata lo que no le gustaba y se comia el resto a velocidad de vértigo.la ardilla se sentia la más dichosa del mundo.
Pero los papas de la ardilla no estaban del todo contentos con ella, su independencia le hacia meterse en lios como cuando estuvo a punto de ser atropellado por una bicicleta al intentar cruzar al otro lado del paseo sin tener la cordura de esperar unos segundos ó cuando se enfrentó a una rata grandísima para que no se comiera parte de su comida.
La aventura para la ardilla era siempre divertida y no paraba ante ningún riesgo. Mamá ardilla no sabia qué hacer con ella, le aconsejaban cada día que fuera prudente, pero a pesar de que en ese instante decia que los obedeceria, al dia siguiente ya lo habia olvidado, era incorregible.
- Ardillas os veo muy preocupadas, puedo hacer algo por vosotras.
- ¡ Queridas amigas ya conoceis lo atolondrado que es nuestro hijo y ya no sabemos como actuar para que se serene un poco.
- Vamos a hacer una cosa,- dijo la gaviota - avisamos a todos los animales de éste parque y mañana nos reuniremos de nuevo en este mismo sitio, entre todos seguro que encontraremos la solución para darle un buen escarmiento que le haga razonar, así que descansar hasta que tengamos la reunión y tener confianza de que entre todos lo lograremos, porque vuestra ardillita no es mala, es solo un poco revoltosa y le falta experiencia.
- Ojalá y hallemos la solución entre todos.
Y llegó el dia esperado, se reunieron todos los habitantes animales del jardín, perros, gatos, gorriones, jilgueros, cacatúas,dos caballos, las gaviotas y tambien aunque llegaron con un poco de retraso las señoras tortugas.
Todos comenzaron a hablar y aportar soluciones cada uno de acuerdo con la experiencia que como padres hanian tenido con sus hijos, hablaron y hablaron hasta que poco a poco dos o tres soluciones se abrieron paso entre todas las opciones posibles, y finalmente de las tres &uaucute;ltimas ideas se abrió camino una que decidieron poner en práctica con la ardilla traviesa con el fin de hacerle madurar un poco.
Al dia siguiente las gaviotas que fueron nombradas ejecutoras de la lección empezaron a dar vueltas por las copas de los pinos y las zonas de palmeras hasta que localizaron a la ardilla comiendose unos dátiles y dejando solo los huesos royendo con sus afilados colmillos, se hicieron las encontradizas e invitaron a la ardilla a que las acompañara hasta las palmeras que estaban más próximas al mar, a solo dos metros de la orilla,una vez allí le ofrecieron a la ardilla varias nueces y algunos nísperos muy maduros como prueba de buena amistad.
Se juntaron en la palmera doce gaviotas para poner su plan en marcha.
Las más joven dijo:
- Voy a darme un buen baño en el mar, el agua está calentita. Y se tiró volando hasta aterrizar suavemente en el mar.
La ardilla no dijo nada pero se quedó muy fija viendo como la gaviota se daba chapuzones en el mar, la ardilla pensó para si misma:
- Ese salto que ha dado la gaviota no es nada, solo son cinco metros desde la copa de la palmera al agua, yo tambien soy capaz de hacerlo. Y siguió comiendo los frutos que le habian regalado.
No habia transcurrido ni cinco segundos cuando dos gaviotas más saltaron al mar y se pusieron a jugar con el agua.
- Qué buen vuelo - dijo la gaviota -, una caida perfecta.
La ardilla le o
ía y seguia comiendo. A continuación saltaron otras tres gaviotas una tras otras.
- Magnifico, magnífico unos saltos magníficos, decía la gaviota madre :
- Nadie podria igualarlos, nadie, nadie, saltan como expertas, son únicas.
A la ardilla ya le estaban aburriendo los comentarios, pero siguió rompiendo la última nuez que le quedaba al tiempo que su vanidad se resentía.
Otras cuatro gaviotas saltaron al vacio hasta posarse suavemente en el mar.:
- Maravilloso, maravilloso, me siento orgullosa de mis hijas cada vez lo hacen mejor, perfecto, perfecto, un salto perfecto.
La ardilla que ya se habia zampado el almuerzo que le habian regalado sus amigas gaviotas, no pudo resistir más y dijo :
- Yo tambien voy a saltar al mar y ahora mismo.
Y dicho y hecho, enderezó su cola y salió por los aires, cuando cayó en el agua sintió un dolor en su panza del golpe, pero el susto al ver que se hundía fué mayúsculo, por más que movia sus patitas no conseguia mantenerse a flote, a duras penas podia sacar su cabeza para pedir ayuda al gato que la contemplaba desde la orilla,
- Ayuda, ayuda señor gato que me hundo.
- Lo siento amiga ardilla pero si me meto en el agua yo tambien me hundiré porque no sé nadar.
- Señor perro por favor sáqueme de aquí que estoy cansadísima de chapotear y no puedo ir a la orilla.
- ¿ Que me está contando amiga ardilla?, ¡ todo el que me conoce sabe que le huyo al agua. !
La ardilla cada vez estaba más angustiada, cuando vió apareceral caballo.
- Señor caballo usted que es muy alto sáqueme de aquí.
- Señora ardilla me lo pide ustéd, que hace unos dias me dió un susto de muerte cuando se tiró sobre mi lomo desde aquel pino, todavia no lo he olvidado.
La ardilla iba agotando sus recursos cuando vió a la tortuga que contemplaba desde la orilla de la playa el baño de la ardilla.
- Señora Tortuga, usted que tiene el caparazón muy duro, echeme una mano y sáqueme de aquí.
- Pero ardilla cuando a mi velocidad yo llegue donde usted está habrian pasado varias horas, yo no lo sirvo para nada.
El desconsuelo de la ardilla no tenia límites, habia perdido a todos sus amigos por culpa de su aturdimiento infantil, cada vez tragaba más agua del mar y pensaba que nunca más veria ni a sus compañeros del parque, ni a sus padres y se fué aabandonando a su suerte, todo estaba perdido, ¡ todo nó ¡, a su alrededor estaban las gaviotas vigilantes que al ver que ya habia tenido suficiente castigo, con sus picos y empujandole con sus alitas lo sacaron a la arena, la ardilla mojada como un trapo y tiritando de frio, les dió las gracias por salvarla.
Cuando giró la cabeza allí estaban sus padres con el alma en un hilo viendo sufrir a la ardillita, al salir a la arena la arroparon amorosamente y fueron secando su pelaje y su cola, confiando en que el escarmiento hubiera sido suficiente.
Y sí que lo fué se dió cuenta que que no podia ir por el mundo sin respetar las normas de amistad y convivencia.
La familia de ardillas se retiró hasta su madriguera de invierno y allí la ardillita que nunca más volveria a ser traviesa, acurrucada junto a sus padres durmió placidamente.
FIN
CVLL