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TORMENTA, cuento para mayores, Agustin Hugo Medina

Quien dijo que estar enamorado es malo, quizás fui yo el que lo dijo, no es para menos, después de haber estado profundamente enamorado.

Todo ocurrió, al poco tiempo de haber comprado una casa antigua en las afueras de Londres, de mas de dos siglos de antigüedad, en los antepasados era usada como una posada, tenia numerosas habitaciones, invertí infinidad de dinero para restaurarla, , una vez terminada hice una fiesta donde estaban reunidos la mayoría de los lugareños, ahí mismo ese mismo dia conocí a Yeny una bella mujer, demasiado joven, al poco tiempo estábamos atrapados en un frenético amor, eso me motivo a pedirle un hijo ya que tenia devoción por tener mi primer hijo, ella infinidad de veces eludía ese propósito. Una mañana cuando despierto no estaba en la cama, pensé que estaría en otro lugar de la casa, empecé a llamarla, y no respondía trate de buscarla por toda las habitaciones, en el transcurso de las horas y los días que pasaron empecé a darme cuenta que me había abandonado, quizás comprendí que ejercía mucha presión por tener a ese hijo y eso la hizo acobardar.

Me costó mucho resignarme, pero el tiempo fue mi aliado para poder superarlo. Pasaron unos cuantos meses. Una noche un fuerte temporal me despierta, las paredes de madera crujían, el ruido de las puertas de las ventanas ponían mas en manifiesto dicho temporal, rápido me dirigí a la puerta de entrada, ya que el golpeteo constante peligraba desprenderla de los herrajes, pero en ese momento un fuerte llanto de un bebé se interpone, al abrirse la puerta de entrada lo pone en manifiesto estaba envuelto en una manta al verlo dije es el ! hijo del viento! su llanto me estremeció, lo levante logre calmarlo, tenia algo de experiencia, ya que tuve hermanos mas chicos que yo, aprendí como cuidarlo, un egoísmo paterno se adueño de mi, me hizo tenerlo a escondidas, buscando alguna rebuscada mentira que me permitiera que los lugareños advirtiera que realmente era mi propio hijo. Por suerte todo salió a la perfección. Pasaron unos años, llego el primer dia de ir al colegio, una vez presente les digo a las maestras, les presento a Jonatán hijo del viento las maestras me miraban sorprendidas.

A las pocas semanas, después de dejar a Jonatán en el colegio, se interpone en mi camino una señora y me dice,- ¿usted es el señor Abram el de la vieja posada? Le respondo un si Madame, - tome esta carta la dejo mi hija Yeny antes de fallecer hace apenas unos años atrás, ahora puedo estar tranquila cumplí la petición de mi pequeña hija. Llegue rápido a mi posada me senté en el sillón para leer cómodamente la carta que decía lo siguiente- Querido Abram pedirte perdón es muy poco, pero quería que me comprendieras, vi tan grande tu devoción por ese hijo, y realmente mi adolescencia me hizo acobardarme, pero que ironía, la vida me castigo ya que al poco tiempo de haberte dejado cuando salía de madrugada de la casa de mi madre a un centenar de metros unos malvivientes se interponen y me someten brutalmente, después de haber sido violada quede embarazada, eso motivo a ir a unos parientes lejanos viviendo en forma clandestina esperar el tiempo necesario para poder parirlo, después de superar ese estado no vi mejor propósito que dejártelo para que lo cuides, yo no estaba preparada y peor ante semejante aberración, junte coraje y ese dia de tormenta lo deje en el umbral de tu puerta. Al poco tiempo una enfermedad se apodero de mí, pero me dio suficiente tiempo para poder escribirte esta carta.

FIN

Agustin Hugo Medina