0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 20 21 24 Poesias cortas 2010 Poesias cortas 2010_2 Poesias cortas 2010_3
Poesias cortas 2010_4 Poesias cortas 2010_5 Poesias cortas 2010_6 Poesias cortas_7 Poesias cortas_8 Poesias cortas_9 Poesias cortas_10 Poesias cortas_11 Poesias cortas_12 Poesias cortas_13 Poesias cortas_14 Poesias cortas_15 Poesias cortas_16 Poesias cortas_17 Poesias largas Videos de poesias cortas Poeias Angelita Poesias largas Videos de poesias cortas Poesias Angelita poesias cortas_18 poesias cortas_19 poesias cortas_20 poesias cortas_21 Adivinanzas Poetas y poesias dominicanos poesias cortas 22 poesias cortas 23 Poemas desde New York Poesias en Castellano Poesias de Mexico Poesias de Mexico Poesias USA Poesias de Canadá
Volver a Inicio Home
Poesias en castellano
poemas
Marqués de Santillana
Serranilla
Íñigo López de Mendoza,
Marqués de Santillana
(1398–1458)
Moça tan fermosa
Non vi en la frontera,
Com’ una vaquera
De la Finojosa.
Faciendo la vía
Del Calatraveño
A Sancta María,
Vençido del sueño
Por tierra fragosa
Perdí la carrera,
Do vi la vaquera
De la Finojosa.
En un verde prado
De rosas e flores,
Guardando ganado
Con otros pastores,
La vi tan graciosa
Que apenas creyera
Que fuese vaquera
De la Finojosa.
Non creo las rosas
De la primavera
Sean tan fermosas
Nin de tal manera,
Fablando sin glosa,
Si antes sopiera
D’aquella vaquera
De la Finojosa.
Non tanto mirara
Su mucha beldat,
Porque me dexara
En mi libertat.
Mas dixe: «Donosa
(Por saber quién era)
¿Dónde es la vaquera
De la Finojosa?...»
Bien como riendo,
Dixo: «Bien vengades;
Que ya bien entiendo
Lo que demandades:
Non es desseosa
De amar, nin lo espera,
Aquessa vaquera
De la Finojosa».
A la Muerte del Maestre de Santiago
|
||
Recuerde el alma dormida, Y pues vemos lo presente Nuestras vidas son los ríos Dexo las invocaciones Este mundo es el camino Este mundo bueno fue Ved de cuán poco valor Decidme: la hermosura, Pues la sangre de los godos, Los estados e riqueza Pero digo que acompañen Los placeres e dulçores Si fuese en nuestro poder Esos reyes poderosos Dexemos a los Troyanos, ¿Qué se hizo el Rey Don Joan? ¿Qué se hicieron las damas, Pues el otro su heredero, Las dádivas desmedidas, Pues su hermano el inocente, Pues aquel gran Condestable E los otros dos hermanos, Tantos Duques excellentes, Las huestes innumerables, Aquel de buenos abrigo, ¡Qué amigo de sus amigos! En ventura Octaviano; Antonio Pío en clemencia; Non dexó grandes tesoros, Pues por su honra y estado Estas sus viejas hestorias E sus villas e sus tierras Después de puesta la vida Diciendo: «Buen caballero, »No se os haga tan amarga »El vivir qu’es perdurable »E pues vos, claro varón, «Non gastemos tiempo ya Tú que por nuestra maldad Así con tal entender |
Romance de AbenámarAnónimo |
||
—¡Abenámar, Abenámar, —El Alhambra era, señor, |
Romance del Rey Moro que Perdió AlhamaAnónimo |
||
Paseábase el rey moro Cartas le fueron venidas Descabalga de una mula, Como en el Alhambra estuvo, Y que las cajas de guerra Los moros que el son oyeron |
>
Romance de Rosa Fresca
Anónimo
(c. 1500)
—Rosa fresca, rosa fresca,
tan garrida y con amor,
cuando vos tuve en mis brazos,
no vos supe servir, no;
y agora que os serviría
no vos puedo haber, no.
—Vuestra fue la culpa, amigo,
vuestra fue, que mía no;
enviátesme una carta
con un vuestro servidor,
y en lugar de recaudar
él dijera otra razón:
que érades casado, amigo,
allá en tierras de León;
que tenéis mujer hermosa
y hijos como una flor.
—Quien os lo dijo, señora,
no vos dijo verdad, no;
que yo nunca entré en Castilla
ni allá en tierras de León,
sino cuando era pequeño,
que no sabía de amor.
Romance de Fontefrida
Anónimo
(c. 1500)
Fonte-frida, Fonte-frida,
Fonte-frida y con amor,
do todas las avecicas
van tomar consolación,
sino es la tortolica
que está viuda y con dolor.
Por allí fuera a pasar
el traidor de ruiseñor:
las palabras que le dice
llenas son de traición:
—Si tú quisieses, señora,
yo sería tu servidor.
—Vete de ahí, enemigo,
malo, falso, engañador,
que ni poso en ramo verde,
ni en prado que tenga flor;
que si el agua hallo clara,
turbia la bebía yo;
que no quiero haber marido,
porque hijos no haya, no:
no quiero placer con ellos,
ni menos consolación.
¡Déjame, triste enemigo,
malo, falso, mal traidor,
que no quiero ser tu amiga,
ni casar contigo, no.
Romance de Blanca-Niña
Anónimo
(c. 1500)
Blanca sois, señora mía,
más que no el rayo del sol:
¿si la dormiré esta noche
desarmado y sin pavor?
que siete años había, siete,
que no me desarmo, no.
Más negras tengo mis carnes
que un tiznado carbón:
—Dormilda, señor, dormilda,
desarmado sin temor
que el conde es ido a la caza
a los montes de León.
—Rabia le mate los perros,
y águilas el su halcón,
y del monte hasta su casa
a él le arrastre el morón.
—Ellos en aquesto estando
su marido que llegó:
—¿Qué hacéis, la Blanca-niña,
hija de padre traidor?
—Señor, peino mis cabellos,
péinolos con gran dolor,
que me dejéis a mi sola
y a los montes os vais vos.
—Esa palabra, la niña,
no era sino traición:
¿cúyo es aquel caballo
que allá bajo relinchó?
—Señor, era de mi padre,
y envióslo para vos.
—¿Cúyas son aquellas armas
que están en el corredor?
—Señor, eran de mi hermano,
y hoy os las envió.
—¿Cúya es aquella lanza,
desde aquí la veo yo?
—Tomalda, conde, tomalda,
matadme con ella vos,
que aquesta muerte, buen conde,
bien os la merezco yo.
Romance del Conde Arnaldos
Anónimo
(c. 1500)
¡Quién hubiese tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de San Juan!
Con un falcón en la mano
la caza iba a cazar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar.
Las velas traía de seda,
la ejercía de un cendal,
marinero que la manda
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar,
los peces que andan nel hondo
arriba los hace andar,
las aves que andan volando
nel mástil la faz posar.
—Galera, la mi galera,
Dios te me guarde de mal,
De los peligros del mundo
sobre aguas de la mar,
de las fustas de los moros,
que andaban a saltear—.
Allí habló el conde Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
—Por Dios te ruego, marinero,
dígasme ora ese cantar.—
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
—Yo no digo esta canción
sino a quien conmigo va.
Romance de la Hija del Rey de FranciaAnónimo |
|||
De Francia partió la niña, Vio venir un caballero Apeóse del caballo |
—Tate, tate, caballero, A la entrada de París Caballero con vergüenza |
Romance de Doña AldaAnónimo |
||
En París está doña Alda |
Amor OcultoManuel del Palacio |
||
Ya de mi amor la confesión sincera Tu nombre dice el ave placentera Sólo tú mi secreto no conoces, Y acaso has de ignorarlo eternamente, |